(Español) Carlos Pujol: La Sombra del Tiempo Bruguera

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Carlos Pujol. La Sombra del Tiempo Bruguera. Barcelona. 1981. 317 pgs.

la-sombra-del-tiempoSabiendo lo bien que escribe Carlos Pujol, me aventuré con este pequeño libro. La verdad es que no es propiamente un libro, o mejor, una novela, como imaginaba por haber leído algún comentario sobre la obra.  Son recuerdos, sueños, reflexiones en primera persona de la protagonista que conduce toda la obra. Una viuda joven y aristócrata que huye de la revolución francesa y acaba parando en Roma. “Roma es pequeña. El nombre parece inabarcable, se pronuncia en París o en cualquier otro lugar del mundo y llena con dos sílabas la Historia entera, no cabe en la imaginación (…)  Demasiadas cosas, demasiado grande y también demasiado estropeadas e incompletas; era difícil imaginar que todo aquello había tenido vida”

Vas pasando páginas esperando que haya un argumento que despegue, pero te quedas en tierra.  Todo es una secuencia, una descripción de personajes y situaciones sin argumento que lo hilvane. Eso si, con un dominio de lenguaje y del vocabulario admirable, porque Carlos Pujol escribe muy bien. Pero todo se queda en un bel canto, en coloratura del lenguaje, de una larga aria de opera que no nos cuenta nada. O mejor, nos cuenta mucho sobre el alma de la protagonista. “Las pequeñas ocupaciones de cada día eran mi alivio y mi refugio, y en ellas se acababa por deshacer la ansiedad que me había estado devorando (…) Desde el espejo me miraba una mujer muy parecida a mí que parecía preguntarse con ansiedad qué iba a suceder ahora, que iba a ser de su vida. Una mujer diferente de la que se había casado un año atrás y que hacía ante mí una reverencia burlona para disimular su inquietud. ¿O sea que vas al baile?, decía sin hablar la dama del espejo”.

Surgen un sinfín de personajes pintorescos, de todos los pelajes. Nobles, militares, eclesiásticos -muchos y variados- y toda una fauna picaresca, porque como bien apunta el autor, “dicen que un tercio de Roma lleva andrajos, y los otros dos librea o sotana”. La ironía de unos, los sueños de los poetas, “una raza que estoy seguro de que va a tener porvenir, aunque no puede decirse que tenga mucho presente. No se puede tener todo”. Y el poder, la tentación próxima de un ambiente revolucionario.  “Se que el poder es el mayor de los engaños, como una sombra, la sombra del tiempo con la que oscurecemos el mundo mientras vivimos en esta ilusión”.

Y el centro, Claire, la viuda francesa que se empeña en entender lo que no tiene lógica. “¿Por qué se empeña en aclararlo todo en comprenderlo todo, en preguntarse por las razones y la razón de todo lo que ve? No se atormente, el mundo es una máquina muy complicada, deje que dé vueltas, acéptelo como es, grotesco e incomprensible. Disfrute de Roma y de la vida, no quiera poner orden en todo.”

Algo a destacar es la descripción que, casi al final, hace de una Misa Cantada en alemán. Al compás de los cantos latinos, la protagonista se lanza a una meditación en voz alta, que es notable, emocionante, mística. Impacta. “La gloria, la alabanza que sale de nuestros labios. Antes de pedir, ya estamos alabando. Primero alabarte y adorarte y glorificarte; lo demás, si hay tiempo, ya vendrá luego”. Como tenía en la cabeza el Bel Canto, la filigrana, surgió la inevitable comparación de una magnifica aria dramática, en medio de una ópera cómica: Una furtiva lágrima, en L’elisir d’amore, de Donizetti. Tan formidable como sorprendente porque no te lo esperas. ¿Y esto qué hace aquí? -te preguntas. Pues lo mismo.

¿Mi opinión sobre el libro? Habrá a quien le guste, a otros les aburrirá, o decepcionará si andan buscando un argumento novelesco. A quien se deleite con las formas, con el modus dicendi, le resultará entretenido, por lo que tiene de ejercicio de escrita y de lenguaje, bastante notable. Sabe escribir, y describir. Y situar cargas de profundidad, se ve que conoce los clásicos. “Lo que cuenta no es lo que se sufre, sino como lo sufre cada uno, según dice muy bien San Agustín. Tantum interest, non qualia, sed qualis quisque patiatur.”. Un manojo de pensamientos, sueños, y descripciones académicas al gusto del consumidor.

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