Rubén Gallego: “Ajedrez” Alfaguara. Madrid. 2005. 392 págs.

El autor, nacido en Moscú, es portador de seria deficiencia física, tal vez parálisis cerebral. El libro reúne un conjunto de recuerdos, evocaciones, quizá sueños o más bien pesadillas. No sabemos lo que es real y lo que es ficción.

Divide la obra en tres partes, siendo la primera y la tercera presentada en forma de teatro. Y tanto el teatro como la prosa, es un verdadero teatro del absurdo. Pero el autor no es Ionesco, ni mucho menos. La obra se lee con fatiga, cansa, no cautiva pues carece de argumento. Puede ser que por detrás de todo esto se esconda arte, pero es difícil, muy difícil de encontrarla.

No pienso que el libro agrade. A mí me sobra una impresión de mal sabor de boca, de pérdida de tiempo, de un ronronear sobre la miseria –que tampoco se describe con precisión- para no llegar a ningún lado.