(Español) Julia Navarro. “Dime quién soy”
Julia Navarro. “Dime quién soy”. Plaza & Janés. Barcelona. 2010. 1.097 págs.
La primera advertencia delante de esta novela es que no hay que asustarse con las casi 1100 páginas, pues no se trata de una densa tarea a cumplir sino de un ameno descanso, donde la lectura no supone mayores esfuerzos. No es un buceo psicológico –como podría sugerir el título- sino un relato histórico-ficcional. Me explico: sobre un marco histórico real, con personajes reales que son siempre secundarios, desfilan los protagonistas que son ficticios, pero que encajan de maravilla en el escenario y brindan la oportunidad a la autora, de contar la Historia desde la perspectiva de los personajes imaginarios. Algo que entretiene, y que amarra al lector, porque conoce la historia y quiere saber cómo quien escribe va a arreglarse para encajar los personajes inventados en los conocidos anales de la Historia.
Guillermo es un periodista que no acaba de situarse profesionalmente. No encaja en la crítica política –su supuesta especialidad- por que le falta flexibilidad, escribe todo lo que piensa, no sabe contemporizar. Este idealista casi desempleado, con inquietudes por conocer la verdad, es el pívot sobre el que la autora centra su relato. Y el relato consiste en descubrir qué fue de su bisabuela Amelia –la protagonista de la novela- que desapareció de Madrid en los días que precedieron a la guerra civil, y que al parecer tuvo una existencia de lo más movida.
Como la novela es entretenida, uno no se detiene a pensar en la lógica interna de la narración, si es que tiene alguna. Desde el encargo que la familia le hace a Guillermo –con una sustancial remuneración- hasta el desfile de infinidad de informantes que son capaces de reconstruir no sólo hechos, sino diálogos y sentimientos, como si tuvieran memoria fotográfica, o mejor radiográfica porque destapan intimidades. Todo eso, y los mismos acontecimientos históricos, son pormenores de un decorado en el trayecto vital de la protagonista desde el Madrid de los años 30, hasta nuestros días. Naturalmente, el relato no es homogéneo ni proporcional, y son muchas más las páginas que corresponden a las contiendas –la guerra civil española, la segunda guerra mundial- que a los tiempos de la guerra fría.
Esta es la segunda novela histórico-ficcional que leo en pocos meses. Son narraciones escritas por mujeres, donde otra mujer lleva la voz cantante, y la protagonista resulta una especie de simbiosis entre Mata-Hari y Agustina de Aragón. Y el efecto es siempre muy español, tiene sabor castizo. Confieso que después de los buenos momentos que pasé leyendo «El Tiempo entre Costuras«, me lancé sobre ésta con ilusión. Pero son diferentes. Julia Navarro, que tiene mucho que contar para llenar ese volumen de páginas, no borda psicológicamente los personajes, como lo hacía Maria Dueñas; quizá porque esta última confería a una costurera el protagonismo, y aquí tenemos un periodista outsider y una idealista aventurera, eso sí, de armas tomar.
Esto apunta una segunda advertencia que puede ayudar al lector aficionado a este tipo de novelas: conviene dilatar más la lectura de dos obras análogas. Si ya es sabido que se saborean mejor las obras de un mismo autor cuando no se leen seguidas, lo mismo sucede cuando se trata de sagas de espías españolas que desfilan por los avatares de la Historia.