Juan Manuel de Prada: El séptimo velo.
Juan Manuel de Prada: El séptimo velo. Seix Barral. Madrid (2007). 780 págs.
Fui con sed a leer esta novela de Juan Manuel de Prada, animado por la lectura que me dejó su último libro –Las Nuevas Tiranías- que más que un libro es una colección de ensayos. Tal vez este fue el error: son dos escritores diferentes. O mejor, lo que en el ensayo puede divertir y propulsar las ideas, en la novela –por lo menos en ésta- se destiñe, llega a cansar.
El protagonista, un hombre maduro y sufrido, recibe una noticia el día que su madre muere: un secreto que le empujará a buscar sus verdaderos orígenes. Y se inicia una zambullida en el pasado, que nos lleva hasta la Francia ocupada por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, las aventuras de la resistencia con su ejército de las sombras, pasando también por la España de la posguerra.
La novela abusa de epítetos y reflexiones que, en el conjunto de las descripciones no añaden nada al guion. Es posible saltarse párrafos enteros, atenerse a los diálogos que son el núcleo que prende al lector, como quien sortea, saltando de piedra en piedra, un charco sin perder el hilo de la narrativa. Incluso a veces es lo mejor que se puede hacer, pues además de ahorrar fuerzas se evitan algunas descripciones de mal gusto, moralmente desaconsejables.
Un escritor con los recursos de prosa que tiene JM Prada, podría recorrer a la elipsis con facilidad; sería más elegante y evitaría que el charco se transformase en lodo con el chapoteo inútil. La extensión de la novela es excesiva, no se justifica; falta profundidad psicológica en los personajes y todo se substituye con golpes de imaginación que no sorprenden, pues todo es excesivamente rebuscado. Todo es muy folletinesco, poco denso y le sobran, por lo menos, la mitad de las páginas. Me quedo con Prada ensayista; por lo menos hasta leer otra de sus novelas: quizá la Tempestad, con la que ganó el Premio Planeta. Pero habrá que esperar y dejar pasar el tiempo para reponerse del chasco.